Norberto «Pappo» Napolitano (10/03/1950 – 25/02/2005) fue el guitarrista de blues más importante del rock argentino. Tocó en la primera formación de Los Abuelos de la Nada y también con Los Gatos (con quienes grabó dos discos).
Existió la plena certeza de que El Carpo nació en su casa de la calle Artigas casi esquina Camarones, en el barrio de La Paternal de la ciudad de Buenos Aires. La placa conmemorativa que allí se colocó y la famosa biografía de Sergio Marchi “Pappo, el hombre suburbano”, donde entrevistó a su hermana, Liliana Napolitano, sirvieron para confirmar el rumor.
Participó en Conexión Nº5, La Pesada del Rock and Roll y fugazmente en Manal. En 1970 formó su primera banda, Pappo’s Blues, con David Lebón y Black Amaya. Esta agrupación perduró hasta 1980 y registró siete discos en total, aunque la alineación cambió en varias oportunidades.
Junto a Lebón y Amaya registraron el primer disco de Pappo’s Blues en 1971, en la segunda formación, de 1972, tocaron Juan Piñata en el bajo, Black y Luis Gambolini en batería. Para el tercer álbum, ya la gente fue otra: Pomo Lorenzo en batería y Machi Rufino en bajo y coros.
Para grabar la cuarta placa de Pappo’s Blues, en 1974, retornaron David Lebón (pero en guitarra) y Black Amaya (batería) y se incorporaron Alejandro Medina en bajo e Isa Portugheis en percusión.
Entre 1977 y 1978 El Carpo volvió de Europa y formó nuevamente Pappo’s Blues, con Conejo Jolivet, en guitarra, Julio Candia en bajo y Marcelo Pucci en batería. Compraron un colectivo, e iniciaron una gira, por la costa atlántica.
Tocaron en Necochea, sin ensayar, dado el conocimiento de los integrantes, de la música de Pappo. También actuaron en Rafael Castillo, para Luci, un conocido empresario del rock, en Lanús y Avellaneda y se presentaron en el programa de Leo Rivas. Después hicieron un concierto en Baradero (Provincia de Buenos Aires) y se disolvieron.
Tras la fugaz experiencia de Aeroblus con el ex Manal, Alejandro Medina, y el baterista brasileño Rolando Castello Junior a fines de los años 1970, en los años 1980, Pappo fundó su segunda gran banda, Riff, integrada por Michel Peyronel, Boff, Vitico y en algunos discos con JAF (Juan Antonio Ferreyra), donde dejó de lado el blues y se acercó al hard rock.
Con Pirimpimpin Geniso, como productor de Riff y también de Dulces 16, las dos bandas, tocaron juntas, en el Cine Premier, de la avenida Corrientes (Buenos Aires).
Pappo, se acercó siempre a importantes músicos de rock y del blues argentino e internacional, entre ellos, John Bonham de Led Zeppelin, Lemmy Kilmister de Motörhead y el bluesman estadounidense B. B. King, quien lo invitó a zapar, en vivo, en el Madison Square Garden de Nueva York en 1993.
Conejo Jolivet (guitarrista de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, Bluesbanda, Dulces 16, Pappo’s Blues), fue llamado, por su amigo Pappo para integrar Riff, aunque se negó por tener contrato con los Dulces 16, recomendando a Pelusa Serafine, quien luego fue apodado: Boff.
Jolivet llegó a tocar en Riff cuando en una oportunidad, Boff no pudo viajar a Uruguay, improvisando los temas del disco “Ruedas de Metal”, en el mismo viaje, escuchándolos en un walkman, para un show que fue en el estadio cerrado de Peñarol, de Montevideo (Uruguay).
Con Alejandro Medina y Junior Castello, Pappo armó Aeroblus, una efímera experiencia grupal tras la disolución de Pappo’s Blues, que no prosperaró justamente, por los reencuentros de este grupo referente del blues argentino.
Pappo viajó constantemente por Europa y Estados Unidos, para mantenerse en contacto directo con las bandas del género y para conocer de cerca las nuevas tendencias.
En 1984 Pappo decidió comenzar su carrera solista y se presentó en Obras junto al grupo Boxer. En el mítico estadio porteño se editó un álbum doble bautizado «En Concierto». Inesperadamente, no recibió el mismo apoyo del público que con su banda, por lo cual se unió nuevamente a Vitico para la continuación de Riff.
Tras grabar y presentar «Pacto diabólico» (1987), Pappo se instaló en Los Ángeles (Estados Unidos) y formó una nueva banda, bautizada The Widow Maker («el hacedor de viudas»). Con ella realizó una mini gira por América del Sur y por 24 ciudades de Estados Unidos.
Con la participación de Javier Martínez y Alejandro Medina (dos tercios del grupo Manal) grabó «Blues Local» (1992), un celebradísimo álbum que resucitó el clásico: «Una casa con diez pinos».
Su banda estaba integrada por Black Amaya (batería), Miguel Botafogo (guitarra), Luis Robinson (armónica) y Pato Frasca (teclados). La presentación del disco tuvo lugar en Racing Club. Para fines de año tocó junto a B.B.King en Obras Sanitarias y luego teloneó a los Guns N’ Roses en River Plate.
A mediados de 1994, Pappo giró nuevamente por Estados Unidos, donde se presentó por segunda vez con B.B.King en el Madison Square Garden de New York, y parte de esa gira fue editada en «Pappo sigue vivo». En 1995 retornó con Pappo’s Blues, para presentar «Caso cerrado».
«Buscando un amor» salió en octubre del 2003. Fue un disco clásico de rock y blues con hits, como el corte de difusión “Rock and roll y fiebre”, más “Ella es un ángel” y “Banquero blues” entre otros.
La banda la integraban Gustavo “Bolsa” González (batería) y Yulie Ruth (bajo) y, como invitados, Luis Robinson (armónicas), Nico Raffetta (teclados), las Blacanblus (coros) y José Bale (percusión).
Aquel álbum también contó con un set de cuerdas y una línea de vientos arreglados por Javier Malosetti. Los últimos seis temas del disco fueron covers de bluseros.
Pappo murió en un accidente con su moto, cerca de Luján, en la noche del jueves 24 de febrero de 2005. Según fuentes policiales, el guitarrista viajaba alcoholizado en su motocicleta Harley Davidson, seguido por otra moto en la que viajaban su hijo Luciano y su nuera, tras haber cenado en un restaurante.
Al llegar al paraje Estancia La Blanqueada, ambos vehículos se rozaron haciendo que Pappo perdiera el control, cayendo al pavimento y siendo arrollado por otro auto que venía de la mano contraria provocándole la muerte.
Sus restos fueron despedidos al día siguiente en el panteón de músicos de SADAIC, en el cementerio de la Chacarita (Capital Federal) por sus seres queridos y por una multitud de fanáticos que no cesó de corear sus canciones y su nombre.
En Buenos Aires se levantó un monumento a su memoria, situado en la plazoleta Roque Sáenz Peña (Juan B. Justo, Boyacá, Remedios de Escalada de San Martín y Andrés Lamas).
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